Desde siempre he tenido muchísima curiosidad por saber el porqué de las cosas, y el respeto para admirarlas. Por eso, incluso cuando viajo, intento no perder la perspectiva social, humanista y científica y transmitir mi visión con una pizca de divulgación y otra de romanticismo. De mi amor por la naturaleza comencé la carrera de Biología, que cambié después por la de Publicidad, resultando una combinación muy interesante entre Ciencia y Humanidades. Nunca me ha dado miedo el cambio. Salir ahí fuera, experimentar, equivocarse y analizarlo, forma parte del aprendizaje y es la mayor de las aventuras. Intento retarme, sentirme humilde ante la naturaleza y ser curiosa, con los ojos abiertos, como si fuera una de esas expedicionarias que descubren algo por primera vez.

En mi trabajo, mi flujo de pensamiento pasa por iniciar procesos de fragmentación de las ideas y creación de mapas mentales que me faciliten llegar a soluciones estratégicas. Cuando iba de viaje de pequeña, pintaba cuadernos de lo que me llamaba la atención. Como adulta, bajo la mirada de la combinación de mis pasiones –ciencia, aventura, escritura, viajes y arte–, empecé a crear cuadernos de viaje en ruta o una vez en casa, que contaban lo que había vivido.

El círculo se cerró cuando me di cuenta de que estaba replicando inconscientemente lo que ya hacía de pequeña… y todo cobró sentido.