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Deyrolle, la maison naturalista resurgida de sus cenizas

«Deyrolle es una tienda y un gabinete de curiosidades, referencia en el mundo de la taxidermia, la entomología y las ciencias naturales. Actualmente está enfocada a la divulgación y al arte. Sus piezas animales están cuidadosamente escogidas y no se sacrifican, sino que se trabajan con ellas tras un fallecimiento natural.»

 

Datos de interés
Deyrolle (en el 7º distrito de París)

Web: Deyrolle.com
Instagram: @deyrolle.officiel
Twitter: @deyrolle_paris

 

 

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Deyrolle, la maison naturalista resurgida de sus cenizas

Como un fénix, tras haber sido quemada, sigue en pie y crece una de las casas de taxidermia más interesantes y relevantes del 1800 parisino.

Deyrolle es una tienda peculiar en París. Ya desde fuera sabes que algo asombroso va a haber dentro y al atravesar sus puertas acristaladas apareces en otra época, concretamente en la mitad del siglo XIX.

En 1831 Jean-Baptiste Deyrolle desarrolló un negocio basado en la venta de insectos y equipos de caza para las colecciones de Historia Natural, una moda de la época con numerosos adeptos cautivados por el exotismo de los viajes exploratorios y el coleccionismo de lo extraño. Al poco, su hijo Aquiles empezó a formar parte del negocio y se especializaron también en taxidermia, materia en la que el padre era experto.

El interior de la tienda naturalista Deyrolle en París35 años más tarde, en 1866, Émile, nieto de Jean-Baptiste, se hizo con la maison Deyrolle justo cuando se vivía una verdadera fiebre por el naturalismo. Expertos, principiantes, científicos, viajantes y curiosos se abocaron al arte de coleccionar diferentes pedazos de la naturaleza. Así, tuvieron claro que para potenciar su negocio tenían que formar a los clientes más inexpertos, y empezaron con una labor pedagógica digna de cualquier instituto o centro de estudios naturales, y proporcionar a los entendidos todo el apoyo técnico requerido, publicando y vendiendo libros especializados sobre fauna y flora, así como material didáctico traído de otros continentes.

Es en 1888 cuando Deyrolle aterriza en su emplazamiento habitual, el 46 rue du Bac, y acaba de consagrarse como casa de referencia mundial, conteniendo colecciones de minerales, conchas, mariposas e insectos, plantas y hierbas, osteología, validadas por un equipo de académicos y científicos adscritos a la casa, y vendiendo equipos de recogida de zoología, botánica y preparaciones microscópicas.

Actualmente Deyrolle es lo más parecido al paraíso para aquellos que nos gustan las rarezas y que sentimos admiración por la historia de la ciencia, así que no es difícil imaginar que aquellas mismas salas eran paseadas y admiradas por personalidades, artistas y curiosos que se dejaban enamorar por una atmósfera singular.

Los nuevos tiempos en Deyrolle

Desgraciadamente, el negocio cayó en tiempos oscuros y entró en declive año tras año, hasta que en 2001 Louis Albert de Broglie, junto a su equipo, lo compró y lo renovó para devolverle el esplendor que había tenido en otras épocas. Así, reedita y vuelve a comercializar las viejas tablas y colecciones. Y, pese a no ser un camino fácil (en febrero de 2008 se cruza en su travesía un cruel incendio que devasta el 90% de las colecciones), encuentra a numerosos amigos, simpatizantes y clientes dispuestos a hacer que Deyrolle no desaparezca y que brille de nuevo.

Deyrolle es lo más parecido al paraíso para aquellos que nos gustan las rarezas y que sentimos admiración por la historia de la ciencia

Los tiempos modernos también traen ideas modernas: en Deyrolle, ningún animal se mata para ser naturalizado ya que los animales provienen de zoológicos, circos o criaderos en los que mueren de vejez o enfermedad. Y todos cuentan con trazabilidad y se gestionan de acuerdo con la Convención de Washington (CITES).

Pasear por el inmenso gabinete de curiosidades que es Deyrolle, escuchar la madera crujir bajo tus pies, observar láminas, cajas, libros, animales (más arriba de lo que la vista puede alcanzar), es un estímulo para el cerebro que corre deprisa en busca de datos y ordena información, un desasosiego para el bolsillo y un deleite para el corazón conmovido por el esplendor de otras épocas y su espíritu ilustrado y bohemio.

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